16. Del Altiplano al Mar

La semana pasada quedamos en Machuca, ese pueblo cercano a San Pedro de Atacama que por las mañanas se ve invadido por los turistas que bajan desde los Geyser del Tatio. Ese pueblo, que aunque tenga mucho contacto con el turismo, mantiene su encanto y tranquilidad -cuando no están (estamos) los turistas obviamente-.

Este post comenzará en pleno Desierto de Atacama y terminará en las caletas del Océano Pacífico. En una corta semana compartimos con habitantes que viven en las alturas del altiplano y con aquellos que viven a 0 MSNM.

Al Sur de San Pedro

San Pedro estaba desbordado de turistas. La famosa Calle Caracoles era un mar de gente de distintos lados del mundo que disfrutaban del rico calor invernal. Se nota que ha habido una especial preocupación por cuidar la estética y arquitectura, el pueblo mostraba una cara auténtica y muy bonita, cosa que debieran aprender otros alcaldes, por ejemplo el de Castro.

Teníamos ganas de disfrutar San Pedro, pero el proyecto debía continuar camino, y no precisamente en pueblos tan grandes como éste. Compramos bencina y comida, y seguimos rumbo al sur.

Muchas veces basamos los esfuerzos -ya sean muchos o pocos- en nuestro instinto o «tincada». Cuando llegamos a Toconao decidimos omitirlo porque lo vimos como un pueblo más grande y turístico de lo que recordábamos. Seguramente había bastante gente que hubiera querido su retrato, pero son estos los mementos en que tenemos que optar por modificar el plan. Y optamos por seguir.

A Talabre llegamos por un camino secundario y de inmediato nos dimos cuenta de que estábamos en lugar más remoto y menos influenciado por lo pueblos de alrededor. Este pueblo, situado a los pies del Volcán Lasca, ya no es de barro y adobes, sino de piedra que los habitantes sacan de las canteras cercanas hace muchísimos años. Una de las fotos más bonitas de ese lugar la regalamos a una familia que empezaba a armar su casa. Era el día de la primera piedra, que entre vecinos, primos y amigos traían justamente de estas canteras. Era un día especial y quedaron felices de inmortalizarlo en la foto que Chilenos en Papel les regaló.

Seguimos luego a Camar, pueblo que tampoco queda en la ruta turística. No encontramos a nadie caminando en las calles o asomado en las pocas casas -como suele pasar en los pueblos pequeños-, así que algo desanimados decidimos continuar hacia Peine en el borde sur del Salar de Atacama. Recién el día anterior habían estado de fiesta, de fiesta en grande -manteniendo las proporciones- por lo que había un número no menor de «población flotante». Así que bastó una pequeña caminata por el pueblo para encontrar varios candidatos a quedarse con su retrato.

Cabe mencionar -independiente de la fiesta- que Peine se veía como un pueblo «invadido». Se veía mucho auto del año, grandes camionetas, gente vestida con ropa de «ciudad» y por sobretodo, una actitud distinta. Conversando con Alexis, el encargado de la limpieza del pueblo, nos enteramos que la minera de litio SQM tiene mucho que ver en esto. El «progreso» ha llegado a este pueblo.

Cruzamos el Salar (también invadido por SQM), despidiéndonos de Los Andes y sumergiéndonos en la Cordillera de Domeyko. Sabíamos que en este pequeño tramo del viaje cerrábamos una etapa especial, una zona muy bella de Chile. Tras constatar en los mapas que los caminos conducían a yacimientos mineros -y no a pueblos como los que buscamos- nos despedimos de la Región de Antofagasta.

San Pedro de Atacama

San Pedro de Atacama

Laguna Céjar

Laguna Céjar

Talabre

Talabre

Primera piedra - Talabre

Primera piedra – Talabre

Volcan Lasca

Volcan Lasca

Alexis - Peine

Alexis – Peine

Peine

Peine

Entre Pescadores y Huireros

Veníamos cargados de Cordillera y Altiplano, así que decidimos volver a las generosas aguas del Pacífico y fue una muy buena decisión porque hemos constatado -durante este recorrido- que al hombre de mar le gusta el modelaje. Fueron muchas las fotos que regalamos en el litoral.

En este recorrido nos encontramos con dos grandes sorpresas:

1. En la gran mayoría de las caletas de la zona sur de Chañaral se suceden las tomas de terreno, en las que muchas familias han instalado su casa de veraneo convirtiéndolas en verdaderos balnearios, los que deben arder a partir de diciembre. El resto del año parecen pueblos fantasmas, algunos completamente vacíos y otros ocupados por sus habitantes originales: los pescadores.

2. En las costas de esta zona hay mucho más que pesca -y que la extracción de mariscos-, también está la recolección y secado del huiro, actividad que se ha puesto muy «popular» por los atractivos precios que se está pagando por el kilo de esta -hoy- preciada alga. Esta frenética atracción por el huiro ha ido cambiando el aspecto de la costa. Lo que antes eran deshabitadas y vírgenes playas (o roqueríos), hoy son tierras «colonizadas» por precarios campamentos levantados con tablas, latas, mallas de kiwi o todo material que sirva para mantener la privacidad y evitar el fuerte sol.

Este recorrido costero fue muy pausado, porque además de ir parando en algunas caletas, también lo hicimos en muchos de estos campamentos huireros. Paramos en Flamenco, Torres del Inca y Obispito.

Regalamos muchos retratos de pescadores posando junto a sus pescados y sus embarcaciones. Escuchamos muy buenas historias de mar, de la caza del congrio, del tamaño de los erizos, y por supuesto, de la fiebre del huiro. La travesía se hacía lenta por tanta anécdota que estos hombres nos compartían.

Aunque se ven muy pocos niños en la zona -porque ninguna de estas pequeñas caletas tiene escuela- por casualidad nos encontramos con un par, que también quisieron retratarse con lo que mejor conocen: el mar y sus botes. En Obispito regalamos fotos a familias que no tenían ninguna de todos juntos y por supuesto a varios hombres que viven de la pesca y del buceo.

Terminamos este recorrido en Caldera, que como toda ciudad, no es parte de los objetivos de nuestro proyecto.

La costa no es sólo fértil por la pesca y el huiro, también lo es para Chilenos en Papel. En el próximo post seguiremos recorriendo la costa de la Región de Atacama en búsqueda de aquellos habitantes que viven más aislados y que quieren un retrato de ellos mismos a orillas del gran Océano Pacífico.

Toma

Toma

Flamenco

Flamenco

Flamenco

Flamenco

Alex Araya - Obispito

Alex Araya – Obispito

Patricio Contreras - Torres del Inca

Patricio Contreras – Torres del Inca

Huiros - Torres del Inca

Huiros – Torres del Inca

Noelia - Torres del Inca

Noelia – Torres del Inca

Campamento Huirero

Campamento Huirero

Obispito

Obispito

Toma

Toma

2 pensamientos en “16. Del Altiplano al Mar

  1. A ver estas fotos uno se puede preguntar si Chile es un país, con todas las diferencias de los rincones escondidos que ustedes han recogido desde el Sur hasta el Norte. Que pueden entender personas tan aisladas de las entrevistas de los políticos en la televisión? Cual será el futuro de sus hijos ? Como extranjero es el Chile que he descubierto , que me gusta y que ustedes saben valorizar . Una vez mas, gracias . En China desde algunas semanas con cielo gris , calor y humedad tremenda , puedo apreciar los cielos azules y el desierto donde caminaba hace poco.

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